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Cómo superar el miedo

Si leíste mi anterior publicación, ya nos conocemos un poco mejor, así que puedo continuar exponiendo los siguientes pasos para vosotras, mis amigas, mis heroínas. Si estás leyendo mi blog por primera vez y en este momento no te has visto afectada por el cáncer de mama, debo decirte que me alegro muchísimo por ti y que espero que mi blog cambie tu perspectiva sobre la autoestima y a la hora de tomar conciencia de ti misma.

¡Es algo mágico!   TÚ eres la única que puede evitar que tu salud te juegue una mala pasada, simplemente tienes que tomar conciencia y no mirar hacia otro lado.   Por eso te pido que te hagas tus mamografías periódicamente.

Soy una superviviente de cáncer de mama. Es increíble cómo me ha cambiado esta enfermedad, cómo me ha convertido en una versión 2.0 de mí misma, mejor y más fuerte.  No diría que todos los días fueron una aventura «maravillosa», pero te prometo que hay muchos momentos estupendos e increíbles, algunos que descubres por ti misma y otros en los que alguien te guía. Por eso, hoy he hecho de esto mi propósito.

Daría lo que fuera por dar marcha atrás en el tiempo, por retroceder unos años para decirle a aquella niña que tome decisiones distintas, para inspirarla y enseñarle a tomar más conciencia de sí misma y a respetar y escuchar a su cuerpo. Volvería a 2013 y concertaría aquella cita.

Hoy sé que eso me habría cambiado la vida, me habría ahorrado el período más difícil de mi vida. El más difícil no solo para mí, sino también para mi marido, mis hijas, mis padres, mi hermana, mi hermano y mis mejores amigos, que me quieren y se preocupan tanto por mí. En la vida no siempre nos damos cuenta a tiempo de que tener autoestima y adquirir conciencia de nosotras mismas es algo que les debemos a las personas que nos quieren. Ellos nos importan, pero ¿sabes qué?   Que a ellos también les importamos nosotras.   Nos disgustamos cuando un ser querido no visita al médico cuando está enfermo. Entonces, ¿por qué obviamos algo tan importante como hacernos una mamografía?   A veces simplemente posponemos una cita por motivos de trabajo o para darle prioridad a las necesidades de otra persona.   Posponemos la cita un día, otro día, otro más… Incluso aunque sintamos y veamos en el espejo que algo no va bien. Cuando hacemos esto, simplemente nos olvidamos de que estamos poniendo nuestras vidas en peligro. La tecnología y los médicos salvan vidas, pero somos nosotras quienes llevamos las riendas de las nuestras.

En cualquier caso, eso es lo que yo hice.   No acudí a una cita, aunque sentía que algo no marchaba bien. Esto me costó un año de duros tratamientos al que siguieron dos años de reconstrucción y, naturalmente, a partir de ahí, seguimiento, revisiones… Pero nadie me dijo que esperar dos días podía cambiarme la vida.  Por ejemplo, en el cáncer de mama, se puede pasar de una fase a otra en dos días.  La diferencia entre la ausencia o la presencia de metástasis es que puedes conservar tu(s) pecho(s) con cirugía en vez de perderlos por completo con una mastectomía.

Además de lágrimas y miedos, ¿qué significa esto realmente? Significa que tu vida ahora ha cambiado y que tienes un trabajo a jornada completa: curarte.

Voy a explicarte cómo puede ser un viaje por el cáncer de mama con algunos números. Estos son los míos:

aproximadamente 15 operaciones, en su mayoría importantes. 6 sesiones de terapia celular, 30 sesiones de radioterapia, 5 años de tratamiento hormonal, aproximadamente 270 citas, miles de euros de gastos imprevistos, casi 2000 millas en desplazamientos entre centros y tratamientos, 9 tecnologías médicas distintas y docenas de veces en las que tuve que repetir mi historia una y otra vez.  Y quitarme la ropa y mostrar mis cicatrices y mi cuerpo vacío a desconocidos durante las exploraciones… Una y otra vez.

Y muchas caras tristes, ESTE es el dolor más grande que jamás sentirás: las miradas y las expresiones de tus hijos, de tu familia, cuando les das la noticia. Tengo cáncer de mama.

Después de leer mi publicación, espero que ya no tengas miedo de hacerte una mamografía, y sinceramente creo que así será. Al hacerte una mamografía deberías incluso sentir alivio, aceptar y acoger sin reservas esa «sensación» que sientes cuando te comprimen la mama, porque puede salvar tu cuerpo y salvarte la vida.  Además, al aceptarlo y al estar más preparada, tu umbral del dolor mejorará de forma natural. El cuerpo y la mente pueden hacer milagros.

Las mamografías no duelen, pueden ser molestas, pero eso no es NADA en comparación con lo que experimentarás si sigues mi mal ejemplo y miras hacia otro lado.

En cambio, si eres superviviente de cáncer de mama, imagino que estarás de acuerdo conmigo, que probablemente habrías hecho las cosas de otro modo para cambiar el curso de los acontecimientos.  Tenemos que conseguir que todas las mujeres tomen conciencia de sí mismas, concierten sus citas, se hagan sus pruebas. Y tenemos que estar presentes para contribuir a la educación de todas las mujeres, pues sabemos que mejora la tasa de supervivencia, y para convertir en algo nuevo y hermoso este acontecimiento que transforma nuestras vidas.

¿Has entendido POR QUÉ has de hacerte la prueba, o debo repetirlo de nuevo? 😊

¡Sois todas unas heroínas!

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